Día festivo. Doce de la noche. Sigo en el despacho, pegado al ordenador. Froto mis ojos enrojecidos de cansancio mientras dejo unos libros en la biblioteca. La discusión con mi mujer es demasiado reciente y me resisto a ir a casa; reviso distraído mi agenda de la semana: vencimientos, vista de medidas y reuniones. Tengo…… Continúa leyendo El regalo.