[Relato] Querida María.

Querida María:

Esta carta llega tarde, pero siento la necesidad de pedirte perdón. Desde que nos vimos por primera vez diste sentido a mi mundo y, para corresponderte, yo … quise crear el mejor mundo para ti. Te llevé a conocer bonitos lugares, te regalé libros que yo no había podido leer. Insistí en basar nuestra relación en el respeto. Y no solo mutuo, también a los demás. Cuán importante es tener empatía, ¿verdad? Ser tolerante. Quise que vieras que no hay en mí ningún estereotipo machista. Ni uno solo. Pero, ¿acaso cuento yo nada más? Ay, qué iluso.

Un día apareció él. Más alto, más guapo. Más joven. Conseguía sacarte siempre la mejor sonrisa. La primera vez que te hizo llorar no quise entrometerme. Creo que en realidad quería que pensaras que yo era mejor que él. Perdóname, fui egoísta. Pero debías cometer tus propios errores, conseguir tus propios logros. Se trataba de eso, ¿no?

Dicen que del amor al odio solo hay un paso. En este caso, desde luego, así fue. Cuando decidí tomar parte en el asunto … era tarde. Te habías ido. No reconocí en tu mirada nada de más que miedo. Tristeza. Rendición. Nada de la María que conocía y quería. Y quiero.

Hoy, sin ser del todo consciente, mis pasos me han traído al cementerio. Para despedirme. El médico me dijo que tu cuerpo no pudo soportar más golpes. Hay quien busca engrandecerse a costa de empequeñecer a otros. De hacerlos desaparecer. Qué injusto es esto, querida María.

Recuerdo cuando soñábamos con volar alto, tan alto como quisiéramos. Lo haremos, mi preciosa María. Volaremos.

Te ama,

Papá.

Microrrelato publicado en Signo Editores en julio 2018. 

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