Edad recomendada: De 3 a 7 años aproximadamente.
Uno de los protagonistas del cuento que os traigo hoy es, cómo no, un lobo. Ese personaje tan recurrente en todos los cuentos infantiles, tan feroz, tan malvado, que come niñas con capas rojas, derriba casas a soplidos y es el más temido de ovejas y cerditos. Pues eso se acabó. El lobo de nuestra historia no hace nada de eso. Basta de tópicos y de estereotipos. Y ojo, que ni el lobo es bueno lo que se dice bueno (porque nada más ver a la ovejita, la otra protagonista de nuestra historia, piensa en ella como “su cena”) ni la ovejita deja de presentarse ante nosotros tal como nos tiene acostumbrados: un personaje tierno, bondadoso y confiado. Entonces ¿Qué hace a esta historia diferente?
Lo novedoso de este lobo, y divertido a la vez, es que trabaja mucho la empatía: inicialmente piensa en comerse a la ovejita pero cuando se pone a pensar, se compadece de ella porque tiene frío, porque tiene hambre, porque le entra hipo… en todo momento se pone en el lugar de la ovejita de forma que es capaz de comprender sus sentimientos. Así, en una estructura repetitiva que va acaparando la atención de los niños viviremos una historia de amistad en la que al final nos quedará muy claro lo importante que es disfrutar de la compañía de alguien, de la necesidad que todos tenemos de dar y recibir cariño. Y, sobre todo: de lo importante que es ponerse siempre en el lugar de los demás.
El lenguaje es sencillo y las ilustraciones de líneas suaves, tiernas, como el espíritu de toda la historia.
Un libro infantil muy recomendable.
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