Edad recomendada: a partir de 3 años, sobre todo porque las ilustraciones y los desplegables dan mucho juego manipulativo para los peques, pero para entender bien la historia creo que debemos esperar al menos a los 5 años.
La jirafa Chufa quiere participar en el baile de la selva pero mira sus patas torcidas y cree no poder hacerlo. Incluso tiene que soportar que los demás animales se rían de ella cuando intenta moverse como ellos al ritmo de la música. Será un saltamontes el que aparecerá para ayudarle a entender que no debemos rendirnos a la primera si realmente deseamos algo. No hay nada imposible. La mayoría de las veces el poder hacer nuestros sueños realidad solo depende de nosotros mismos.
“ Cuando eres diferente solo necesitas música diferente…”
Con la música y la necesidad de expresarnos a través de ella como hilo conductor de esta historia los peques comprenderán la importancia de no dejarnos llevar por la opinión de los demás a la hora de elegir nuestros gustos o aficiones o, en general, formarnos como personas. Les ensañará a luchar contra los prejuicios y a tener (o recuperar) la confianza en nosotros mismos. Porque esto es así. Si se quiere, se puede.
Y no solo es una historia de compañerismo y superación personal. Porque cuando por fin Chufa encuentra una melodía que la invita a bailar ( y bastante bien, por cierto) y los animales se quedan absortos contemplándola, lo que reciben de ella es una buena dosis de tolerancia: encontramos a una Chufa amable que les explica cómo “Todos podemos bailar…¡al ritmo que más nos gusta!
Por otra parte, además de una historia muy optimista y con mucho mensaje para los niños encontramos unos Pop – Ups realmente maravillosos que dan mucho movimiento y dinamismo a la aventura de nuestra jirafa. Vuestros peques querrán una y otra vez (literalmente os lo digo, lo harán en bucle) bailar a ritmo de rock con los rinocerontes o marcarse con los chimpancés unas sevillanas … ¡igualito que en Triana!