La palabra “libro” proviene del latín liber (libri, librum), que podemos traducir como “parte interna de la corteza de los árboles”. Según la primera acepción contemplada en la RAE, se refiere al conjunto de muchas hojas de papel u otro material semejante que, encuadernadas, forman un volumen.
La UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) ha determinado que para que una publicación sea considerada “libro” debe tener 49 hojas como mínimo, sin contar las cubiertas; en caso contrario estaremos ante un “folleto”. En España, a efectos legales, deben cumplirse estas exigencias para que un libro sea considerado como tal.
También recurrimos al término “libro” cuando pensamos en los e-books, unos archivos digitales en formato idóneo para leer en el ordenador o dispositivo electrónico similar (tablet, e-reader…); y lo mismo nos pasa con los audiolibros, en archivos de audio como su propio nombre indica, para cubrir necesidades por ejemplo de las personas invidentes.
Existe un Día Internacional del Libro que se celebra, desde el año 1996, todos los 23 de abril.
Por último, comentaros como curiosidad que, en zoología, cuando hablamos de “libro” nos estamos refiriendo a una de las cuatro cavidades en las que se divide el estómago de los rumiantes.
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